las 10 semifinalistas a Señorita Colombia

A sufrir con los vestidos de las reinas


Fotos: Josefina Villarreal para El Heraldo.

Nosotras sabemos que no es lo mismo un vestido de alfombra roja que un vestido de concurso de belleza. Este último es un estilo muy marcado y característico, con sus propias reglas y costumbres.


¿Pero cuándo fue la ultima vez que dijimos "qué vestido tan hermoso" en uno de esos certámenes?

La verdad son pocos los que se salvan. Se exceden o en el brillo o en las aberturas o en las transparencias, o peor aún, en todo al mismo tiempo.

A veces, irónicamente, rayan en la vulgaridad al querer mostrar los atributos de las aspirantes al reinado de turno.

Esta vez vamos a ver las barbaridades los vestidos que se pusieron las 10 semifinalistas a Señorita Colombia (solo 10, porque si nos ponemos a analizarlos todos, no terminamos nunca).


Antioquia


No fue el peor de todos, el plisado se veía bien, pero creo que se pasaron con los metálicos: tela dorada con brillos plateados y un detalle plateado en el busto. Too much. Como dijo Jeniffer, parece un Ferrero Rocher.


Atlántico


Ay, Dios mío. Sufrí con esta muchacha porque el vestido no es feo, de hecho, podría llegar a ser muy bonito (lindo color, buen vuelo, bustier interesante, el brillo justo), ¡PERO LA ABERTURA ES TAN ALTA QUE CASI SE LE VE AQUELLO! ¿No se supone que las reinas de belleza deben ser elegantes y sofisticadas? ¡¿En dónde queda el glamour cuando exhibes al mundo tus partes íntimas?! Solo necesitaba bajar unos cuantos centímetros la ubicación del detalle de la cadera y el inicio de la falda, y ya, perfección. Pero no. Sufro.


Cesar


Meh. El blanco es una bonita opción para su color de piel y cabello, pero se veía como rígida la parte superior. Típico vestido de reina de belleza, bañado en cristales.


Guajira


Bueno, ahora sí. Para mí esto sí es un buen vestido de reinado. No es posible pasarlo al mundo de la alfombra roja y que no esté en las listas de peores vestidas, pero funciona perfecto para el objetivo de un concurso: muestra su excelente cuerpo, el color complementa su tono de piel, brillante y llamativo, larga abertura que muestra la pierna en todo su esplendor pero sus partes íntimas están cubiertas. No amo los zapatos, pero los perdono.


Huila


El impermeable fucsia, el boli de cola con leche, el forro de paraguas... Le dijeron de todo a esta niña por el extraño material en que está hecho su vestido. Y no es para menos: parece que se le perdió el quinceañero, pero en el espacio exterior. Incluso tiene un tenebroso parecido con el sofá inflable de la Barbie. Sin embargo, solo imagínenlo con una tela distinta. Cambia del cielo a la tierra y se puede apreciar que es una silueta que le favorece, con un poco de brillo (porque ni modo que no) y suficiente drama como para que lo acompañe una corona.


Magdalena


Wrong. Esto es, como decimos en Barranquilla, una empanada. El tul es exagerado y esa cosa extraña que parece agarrar su cuello da miedo.


Meta


Otro meh. Nada extraordinario, pero no desentona. Aunque se siente un poco…desnudo. No soy fan de que se vean las piernas debajo de la falda de un vestido, muy pocas veces funciona.


San Andrés


Drag queen! Ella está lista para presentarse en algún cabaret gay de Las Vegas para hacer su mejor imitación de alguna cantante.


Tolima


Este vestido es el ejemplo perfecto de “vamos a ponerle todo”: encaje, brillo, transparencias, cut outs, plisado, un solo hombro, color chillón, desnudez.


Valle


No es muy lindo, pero tampoco es terrible; está como…ahí. Lo único que inclina la balanza es ese feo aplique en el centro del vestido, como tapando su ombligo.


Y el comodín del día, porque han sido tan buenos lectores: una que no es reina de nada pero se lleva la corona del mal gusto. Sara Corrales, mostrando un ejemplo perfecto de corronchería en un evento de gala.


La diseñadora de esta perla se llama Giovanna Maroso. Y hay que aceptarlo, le hizo una maldad a la pobre Sara, que no es para nada fea y tiene un cuerpo espectacular, pero siempre escoge ropa que la hace ver vulgar y ordinaria. (Bueno, eso ya no es culpa de la diseñadora...)